Page 101 - Marciano Vete A Casa - Fredric Brown
P. 101
Salió al vestíbulo en busca del teléfono, tambaleándose
un poco. Tuvo que cerrar un ojo para leer las diminutas le‐
tras del listín, y luego otra vez para marcar el número.
Preguntó por Margie.
–¿Apellido, por favor?
–Uh...
Durante un instante, no pudo recordar el apellido de sol‐
tera de Margie. Luego se acordó, pero decidió que proba‐
blemente aún no se habría decidido a usarlo de nuevo, es‐
pecialmente teniendo en cuenta que el divorcio aún no era
definitivo.
–Marjorie Deveraux. Enfermera.
Un momento, por favor.
Unos minutos más tarde, sonó la voz de Margie.
–Diga.
–Hola, Margie. Soy Luke. ¿Te he despertado?
–No. Trabajo en el turno de noche. Luke, estoy contenta
de que hayas llamado. Estaba muy preocupada por ti.
–¿Preocupada por mí? Estoy muy, muy bien. ¿Por qué te
preocupas por mí?
–Bueno..., por los marcianos. Hay tantas personas que...
No sé, sólo estaba preocupada.
–¿Creías que podían volverme tarumba, eh? –repuso
Luke con voz pastosa–. No te preocupes, querida, no po‐
drán tumbarme. Yo escribía ciencia ficción, ¿no lo recuer‐
das? Yo inventé a los marcianos.
–¿Estás seguro de encontrarte bien, Luke? Has estado be‐
biendo.
101

