Page 103 - Marciano Vete A Casa - Fredric Brown
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Estaba loca, si pensaba eso. Él sería el último en permitir


            que los marcianos le tumbaran, no el primero.


               Se sirvió otro vaso. No es que en realidad lo deseara –ya


            estaba muy borracho–, sino que era un gesto de desafío ha‐



            cia Margie y los marcianos. Ya les enseñaría él...


               Ahora tenía a uno de ellos en la habitación. Apuntó un


            vacilante dedo hacia el recién llegado y dijo:


               –No podrás tumbarme. Yo te he inventado.


               –Ya estás en el suelo, Mack. Estás más borracho que una


            cuba.


               El marciano paseó la mirada, con gesto de disgusto, de


            Luke a Gresham, quien roncaba en la cama. Y debió decidir


            que ninguno de los dos merecía que perdiera su tiempo,



            porque desapareció en el acto.


               –¿Has visto? Ya te lo dije –murmuró Luke.


               Bebió otro trago y luego dejó el vaso en el suelo en el mo‐


            mento oportuno, porque la barbilla le cayó sobre el pecho


            y se quedó dormido.


               Soñó con Margie. A ratos soñó que discutía y peleaba con


            ella, y a ratos soñó... Pero aún cuando los marcianos estu‐



            vieran presentes, los sueños seguían siendo inviolables.











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               El Telón de Acero se agitó como una hoja de árbol sacu‐


            dida por un terremoto.




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