Page 121 - Marciano Vete A Casa - Fredric Brown
P. 121
Era otro cheque. Había luz suficiente para que Luke pu‐
diera leerlo. Mil dólares a la orden de Luke Deveraux, fir‐
mado por W. B. Moran, tesorero, Editores Bernstein, Inc.
Carter extendió la mano y volvió a coger el cheque.
–Todavía no es tuyo, hijo. Bernie me lo envió para que te
lo diera como adelanto de otra novela del Oeste, si estabas
dispuesto a escribirla. Me dijo que si lo haces y no es peor
que Infierno en Eldorado, por lo menos sacarás cinco mil
dólares.
–Dámelo –dijo Luke.
Volvió a sostener el cheque en sus manos, mirándolo con
cariño. El bache había pasado. Las ideas empezaban a em‐
pujarle hacia la máquina de escribir. Una llanura del Oeste,
solitaria bajo la luz del atardecer, un vaquero cabalgando
en el rifle en el arzón.
–Así me gusta –dijo Carter–. ¿Vamos a beber algo para
celebrarlo?
–Sí. O mejor dicho..., espera un momento. ¿Te importaría
mucho si no lo hiciéramos? ¿O por lo menos lo dejáramos
para otra ocasión?
–Lo que tú digas. ¿Por qué? ¿Te sientes dispuesto a em‐
pezar?
–En efecto. Me siento lleno de ánimos, y creo que debo
empezar esa novela mientras dure mi entusiasmo. Ade‐
más, todavía estoy sereno; éste es mi cuarto vaso, así que
aún no es demasiado tarde. ¿No te importa, verdad?
–No. Lo comprendo y estoy contento de que te sientas así.
No hay nada como pasar una nueva página. –Carter dejó
121

