Page 123 - Marciano Vete A Casa - Fredric Brown
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de modo que no sería necesario detenerse para buscar nin‐
gún dato. Todos los detalles que requiriesen alguna infor‐
mación podrían ser atendidos en la versión definitiva.
¿Y el título? No se necesita un buen título para una novela
del Oeste. Basta con que indique acción y tenga el «sonido»
del Oeste. Algo así como Revólveres en la frontera o Revól‐
veres en el Pecos.
Bien, se quedaría con aquello de Revólveres en, sólo que
no quería volver a escribir una novela de la frontera –In‐
fierno en Eldorado ya había tratado de ese tema–, y no sa‐
bía nada sobre el territorio de Pecos. Quizás haría mejor en
escribir algo de Arizona; había viajado bastante por Ari‐
zona y podría manejar las descripciones mucho mejor.
¿Qué ríos había en Arizona? ¡Hum!, vamos a ver, el Pe‐
queño Colorado, pero eso era demasiado largo. El nombre,
no el río. Y también un arroyo llamado de las Truchas, pero
Revólveres en el Truchas sonaría estúpido.
Ya lo tenía. El Gila. Revólveres en el Gila. Eso parecería
emocionante a los que no sabían que el Gila era un río muy
modesto. Pero aunque lo supieran, seguía siendo un título
estupendo.
Centró el título en mayúsculas al principio de la página.
Debajo escribió: «Por Luke Devers». Aquél era el seudó‐
nimo que había usado en Infierno en Eldorado y las otras
novelas del Oeste que había escrito, los cuentos y los rela‐
tos cortos. Deveraux parecía demasiado envarado para una
novela de aventuras. Bernie probablemente querría que lo
volviera usar. Si no era así, si creía que la reputación que
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