Page 122 - Marciano Vete A Casa - Fredric Brown
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su vaso en la repisa de la ventana que estaba a su lado y


          sacó un librito de notas y un lápiz–. Dame tu dirección y tu


          número de teléfono antes de que se me olvide.


            Luke le dio ambas cosas. Luego le tendió la mano.



            –Gracias, sinceramente. Y no tendrás que escribir a Ber‐


          nie, Carter. Yo mismo le escribiré mañana para decirle que


          la novela del Oeste ya está empezada.


            –Magnífico. Ah, otra cosa. Margie está preocupada por ti.


          Pude darme cuenta por su manera de hablar cuando la te‐


          lefoneé. Tuve que prometer que le daría tu dirección si te


          encontraba. ¿Te parece bien?


            –Desde  luego.  Pero  no  es  necesario  que  lo  hagas.  Yo


          mismo la llamaré mañana.



            Apretó de nuevo la mano de Carter y se marchó de allí


          con paso rápido.


            Se sentía tan excitado que hasta que no estuvo en las es‐


          caleras que llevaban a su habitación no se dio cuenta de


          que  aún  conservaba  en  la  mano  el  vaso  medio  lleno  de


          whisky y que, aunque había caminado muy deprisa, lo ha‐


          bía llevado con tanto cuidado por las calles que no se había



          vertido ni una gota. Se echó a reír y se detuvo en el rellano


          para terminar de bebérselo.


            Una vez en la habitación, se quitó la chaqueta y la corbata


          y se subió las mangas de la camisa hasta el codo. Puso la


          máquina de escribir y una pila de papel encima de la mesa


          y acercó una silla. Colocó el papel en la máquina. Sólo pa‐


          pel de copias. Había decidido hacer primero un borrador,








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