Page 132 - Marciano Vete A Casa - Fredric Brown
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de mis infructuosos esfuerzos por escribir cuando no me


          era posible. Estaba en una cabaña rústica en el desierto y


          empecé a tener alucinaciones sobre los marcianos. Desde


          entonces he tenido esas alucinaciones. Hasta esta noche, en



          que recobré el juicio de repente.


            –¿Está..., está seguro de que no eran más que alucinacio‐


          nes? –preguntó el doctor.


            Al mismo tiempo puso la mano en el hombro del interno,


          como una señal para que guardara silencio. Si el paciente,


          en su actual situación, miraba hacia debajo de repente, po‐


          día volver a presentarse el trauma mental, y quizás en una


          forma peor.


            Pero el interno no comprendió la señal del doctor.



            –Entonces –preguntó a Luke–, ¿qué es esa criatura que


          tiene sobre las rodillas?


            Luke miró hacia abajo. El marciano levantó los ojos y sacó


          una larga lengua amarillenta. Luego la volvió a esconder


          con un desagradable ruido. Después la volvió a sacar de‐


          lante de las narices de Luke.


            Luke levantó la vista y miró al interno con curiosidad.



            –Yo no tengo nada sobre las rodillas. ¿Está usted loco?











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            El caso de Luke Deveraux, sobre el que más tarde escribió


          una monografía el doctor Ellicot H. Snyder (psiquiatra y




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