Page 133 - Marciano Vete A Casa - Fredric Brown
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propietario de la Fundación Snyder, el sanatorio mental a


            que fue enviado Luke), fue probablemente único. Al menos


            no se conoce ningún otro caso, testificado por un reputado


            alienista en el que el paciente pudiera ver y oír a la perfec‐



            ción, y no captar la presencia de los marcianos.


               Desde luego, existían muchas personas con la desgracia


            de sufrir a la vez sordera y ceguera. Ya que los marcianos


            no podían ser percibidos por el tacto, el gusto o el olfato,


            las hasta aquel momento afligidas personas no podían te‐


            ner ninguna prueba objetiva o sensorial de la presencia de


            los marcianos, y por lo tanto tenían que aceptar la palabra,


            comunicada por los medios que fuese, de las demás perso‐


            nas con respecto a la existencia de los marcianos. Algunos



            nunca llegaron a creerlo por completo; en realidad no se les


            puede culpar de ello.


               Y también existían millones de personas, muchos millo‐


            nes –locos y cuerdos, científicos, ignorantes y excéntricos–


            que aceptaban el hecho de su existencia, pero rehusaban


            creer que fuesen marcianos.


               Entre éstos, los más numerosos eran los supersticiosos y



            los religiosos fanáticos, los cuales creían que lo que los de‐


            más  denominaban  marcianos  eran  realmente  fantasmas,


            duendes, demonios, diablos, íncubos, gnomos, hadas, es‐


            píritus, brujos, impíos, aparecidos, almas en pena, poderes


            de la noche o fuerzas del mal, espíritus malignos o como se


            les quiera llamar.












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