Page 134 - Marciano Vete A Casa - Fredric Brown
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En todo el mundo, las religiones, sectas y congregaciones
se mostraron divididas sobre el tema. La Iglesia Presbite‐
riana, por ejemplo, se escindió en tres creencias distintas.
Había los Demonistas de la Iglesia Presbiteriana, cuyos
adeptos aceptaban que se trataba de marcianos, pero sos‐
tenían que su invasión no era ni más ni menos que un acto
de Dios, como lo son muchos de los terremotos, inundacio‐
nes, fuegos y tormentas que, de vez en cuando, Él descarga
sobre nosotros. Y por último, la Iglesia Presbiteriana Revi‐
sionista aceptaba la doctrina básica de los Demonistas,
pero iba un poco más lejos al aceptarlos también como mar‐
cianos, revisando para ello su concepción con respecto a la
situación física del infierno. (Un pequeño grupo disidente
de los Revisionistas, que se llamaban a sí mismos los Re‐
revisionistas, creían que, ya que el infierno se halla en
Marte, el cielo debe de estar situado debajo de las eternas
nubes de Venus, nuestro planeta hermano en el lado
opuesto.)
Casi todas las demás religiones se encontraban divididas
siguiendo líneas semejantes, o aún más sorprendentes. Dos
de las excepciones las constituían la Iglesia del Credo Cien‐
tífico y la Iglesia Católica.
La Iglesia del Credo Científico mantenía a todos sus
miembros unidos (y aquellos que se apartaban de esa
creencia se unían a otros grupos antes que provocar una
escisión en el seno de su iglesia), proclamando que los in‐
vasores no eran ni demonios ni marcianos, sino el visible y
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