Page 28 - Marciano Vete A Casa - Fredric Brown
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ciudad. Y cuanto antes volviera allí mucho mejor. Ni si‐


          quiera se detendría en limpiar la cabaña o en empaquetar


          sus cosas. Podía volver más tarde y recoger la maleta. O


          pedir a alguien que fuera a buscarla si es que tenía que en‐



          trar en el manicomio por algún tiempo.


            En aquel momento lo que quería era salir de allí, y al in‐


          fierno con todo lo demás. Ni siquiera se ducharía o afeitaría


          hasta que estuviera en su casa; tenía otra máquina eléctrica


          en su apartamento y también el resto de su ropa.


            ¿Y  después  qué?  Bueno,  después  empezaría  a  preocu‐


          parse por lo que debía hacer. Pensó que por entonces el do‐


          lor de cabeza se le habría pasado lo suficiente para poder


          pensar con calma.



            Al pasar por la otra habitación vio la cámara fotográfica


          y la recogió para llevársela. Quizá, después de reflexionar


          con calma, necesitaría revelar aquella foto. Aún había una


          posibilidad entre mil de que, a pesar de que sus manos ha‐


          bían pasado a través de su cuerpo, un verdadero marciano


          se hubiera sentado en aquella silla, y no se tratara de una


          alucinación.  Quizá  los  marcianos  tenían  otros  poderes



          aparte del kwimmar.


            Sí,  si  aparecía  un  marciano  en  la  foto,  ese  hecho  haría


          cambiar todas sus ideas, de modo que sería mejor eliminar


          dicha posibilidad antes de tomar ninguna decisión.


            Si no aparecía..., bueno, lo mejor que podría hacer sería


          telefonear a Margie y pedirle que le recomendara al psi‐


          quiatra al que varias veces le había pedido que consultara


          durante su matrimonio. Ella había sido enfermera en varias




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