Page 29 - Marciano Vete A Casa - Fredric Brown
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instituciones mentales antes de casarse con Luke, y volvió


            a trabajar en una de ellas cuando se separaron. Una vez


            Margie le dijo que había estudiado psicología en la univer‐


            sidad, y que si hubiera podido pagarse los cursos que le



            faltaban para terminar la carrera, habría obtenido el título


            de psiquiatra.


               Luke salió fuera y cerró la puerta, contorneando la casa


            en busca de su coche. El hombrecillo verde estaba sentado


            encima del capó de su automóvil.


               –Hola,  Mack  –dijo–.  Pareces  un  condenado  a  muerte,


            pero creo que tienes derecho a sentirte de ese modo, la be‐


            bida es un vicio muy desagradable.


               Luke dio media vuelta y volvió a entrar en la casa. Encon‐



            tró la botella, se sirvió medio vaso como tónico matinal y


            lo bebió de un trago. Si aún sufría alucinaciones, pensó, lo


            necesitaba. Y ahora que la garganta ya no le ardía, se sentía


            mucho mejor físicamente. Bueno, quizá no tanto.


               Cerró la casa de nuevo y volvió al coche. El marciano se‐


            guía allí. Luke se sentó al volante y puso el motor en mar‐


            cha. Luego sacó la cabeza por la ventanilla.



               –¡Eh! –exclamó–, ¿cómo voy a poder ver la carretera si tú


            estás sentado ahí delante?


               El marciano volvió la cabeza y lanzó una risotada.


               –¿Y a mí que me importa que puedas ver la carretera o


            no? Si tienes un accidente, yo no me haré daño.


               Luke suspiró y puso el coche en movimiento. Condujo


            por el camino de tierra hasta la carretera principal con la








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