Page 40 - Marciano Vete A Casa - Fredric Brown
P. 40

humo. Por la misma razón, son inútiles las balas, los cuchi‐


          llos o cualquier otra arma. Por lo que sabemos, ninguno de


          ellos ha intentado agredir a un ser humano. Así que repito,


          mantengan la calma y no se dejen dominar por el pánico.



            Otra voz se confundía con la suya, más o menos reme‐


          dando lo que decía el locutor, pero la voz de éste subió de


          tono para ahogar la interferencia.


            –Sí, hay uno de ellos aquí, encima de mi mesa, y ésta in‐


          tentando interferir, pero mantengo el micrófono tan cerca


          de la boca que...


            –Bill, eso es una broma, un programa de ficción. Igual que


          en aquella ocasión de que me hablaron mis padres, hace


          veinte años. Busca otra emisora.



            Bill dijo:


            –Claro, querida. Seguro que es una broma.


            Giró el dial nuevamente. Otra voz.


            –...Y no se exciten, amigos. Muchas personas han resul‐


          tado muertas o heridas al intentar matar a los marcianos,


          pero eso no es posible. No lo intenten. Mantengan la calma.


          Sí, están en todo el mundo, están en todos los países del



          mundo, y no sólo aquí, en Denver. Tenemos parte de nues‐


          tro personal escuchando otras emisoras, tantas como nos


          es posible, y todavía no hemos encontrado una que no in‐


          forme de su presencia, aun en el otro lado del mundo.


            »Pero no pueden hacernos ningún daño. Repito, no pue‐


          den causarnos daño. De manera que no se exciten y man‐


          tengan la calma. Esperen, hay uno sobre mi hombro que ha


          estado tratando de decirme algo, pero no sé qué, porque




          40
   35   36   37   38   39   40   41   42   43   44   45