Page 41 - Marciano Vete A Casa - Fredric Brown
P. 41
estaba hablando cuando yo les hablaba a ustedes. Ahora
voy a ofrecerle el micrófono y pedirle que les tranquilice.
Ellos han sido... un poco descorteses con nosotros, pero sé
que cuando comprenda que va a dirigir la palabra a millo‐
nes de oyentes, pues... Oiga amigo, ¿quiere hablar a todos
nuestros queridos oyentes para asegurarles que...?
Una voz distinta se escuchó por la radio, una voz un poco
más aguda que la del locutor.
–Gracias, Mack. Sólo quería decirte que te jodas, y ahora
puedo decir a todos esos queridos oyentes que se...
La emisora enmudeció en aquel mismo instante. El brazo
de Bill había soltado a Dorothy, y ambos se miraron. Luego
ella dijo, débilmente:
–Querido, prueba otra emisora. No es posible que...
Bill Gruder tendió la mano hacia el dial, pero nunca llegó
a alcanzarlo. Detrás de ellos, en la habitación, una voz dijo:
–Hola, Mack. Hola, Jane.
Los dos se volvieron de repente. El marciano se hallaba
sentado con las piernas en el alfeizar de la ventana por la
que se habían asomado unos minutos antes.
Nadie dijo nada, y transcurrió un largo minuto en silen‐
cio. Tampoco entonces ocurrió nada, salvo que la mano de
Bill encontró la de Dorothy y la apretó con fuerza.
El marciano les dirigió una mueca:
–¿Se os ha comido la lengua el gato?
Bill se aclaró la garganta.
–¿Es cierto? ¿Eres realmente un... marciano?
41

