Page 121 - El hombre ilustrado - Ray Bradbury
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mirándolos, y las algas florecieron. Los pétalos se


           desplegaron  bajo  la  lluvia,  y  las  plantas


           comenzaron a morir.



           —¿Cómo hemos vuelto?


           —Una  tormenta  eléctrica,  probablemente.  La


           electricidad  desarregló  nuestras  brújulas.  Eso  lo


           explica todo.



           —Puede ser.



           —¿Qué haremos ahora?



           —Empezar de nuevo.



           —¡Dios mío! ¡Estamos tan lejos como antes!


           —Calma, Simmons.



           —¡Calma, calma! ¡Esta lluvia me enloquece!



           —Tenemos bastante comida como para dos días, si


           no nos excedemos.



           La lluvia bailó sobre la piel de los hombres, sobre

           los  trajes  empapados.  La  lluvia  les  corrió  por  las


           narices  y  las  orejas,  por  los  dedos  y  las  rodillas.


           Parecían  unas  fuentes  de  piedra  rodeadas  de


           árboles. Echaban agua por todos los poros.



           Y mientras estaban allí, mirando el cohete, oyeron

           un lejano rugido. Y el monstruo salió de la lluvia.



           El monstruo se alzaba sobre un millar de eléctricas


           patas azules. Caminaba rápidamente, terriblemente


           Cada paso era un golpe. Donde se posaba una pata,

           un  árbol  caía  fulminado.  El  aire  se  llenó  de





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