Page 129 - El hombre ilustrado - Ray Bradbury
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—Los  venusinos  se  los  llevaron  al  mar.  He  oído


           decir que lo ahogan a uno con un método delicioso.


           Tardan cuatro horas. Realmente delicioso.



           Pickard se rió.


           —Apuesto a que aquí no hay comida.



           El teniente frunció el ceño y señaló a Pickard con un


           movimiento  de  cabeza,  mirando  a  Simmons.


           Simmons hizo un gesto y entró en un cuarto, a un


           lado de la sala redonda. En la cocina había mojadas

           rodajas de pan y trozos de carne donde crecía un


           vello verde.



           La lluvia entraba por unos agujeros abiertos en el


           techo.



           —Magnífico. —El teniente miró los agujeros—. Me

           parece  que  no  podríamos  tapar  esos  agujeros  e


           instalarnos aquí.



           —¿Sin  comida,  señor?  —gruñó  Simmons—.  La


           máquina solar está rota. Sólo nos queda buscar la


           próxima cúpula. ¿Está muy lejos?


           —No  mucho.  Recuerdo  que  en  esta  región


           construyeron dos no muy alejadas la una de la otra.


           Quizá si esperásemos aquí, una dotación de la otra


           cúpula podría…


           —Ya  han  estado  aquí  probablemente.  Enviarán


           algunos hombres para reparar el lugar dentro de


           unos seis meses, cuando el Congreso vote el dinero.


           Me parece que no nos conviene esperar.





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