Page 159 - El hombre ilustrado - Ray Bradbury
P. 159

ya no puede dolerme mucho. Así que casi siempre


           me lo imagino muerto…



           —Pero otras veces…



           —Otras  veces  no  puedo  impedirlo.  Preparo

           pasteles,  y  lo  trato  como  si  estuviese  vivo;  pero


           sufro mucho entonces. No, es mejor pensar que no


           ha vuelto desde hace diez años, y que ya nunca lo


           veré. Así duele menos.



           —¿Pero no dijo que iba a quedarse la próxima vez?



           —No. Está muerto. Estoy segura.


           —Pero volverá vivo.



           —Hace diez años —dijo mamá—, pensé: ¿Y si se


           muriese en Venus? No podríamos ver Venus otra


           vez.  ¿Y  si  muriese  en  Marte?  No  podríamos  ver

           Marte,  tan  rojo  en  el  cielo,  sin  sentir  deseos  de


           meternos en casa y cerrar la puerta. ¿Y si muriese


           en  Júpiter,  Saturno  o  Neptuno?  En  las  noches  en


           que  esos  planetas  brillan  en  lo  alto  del  cielo  no


           querríamos mirar las estrellas.


           —Creo que no —le dije.



           El mensaje llegó al día siguiente.



           El  mensajero  me  lo  dio,  y  yo  lo  leí,  de  pie,  en  el


           porche. El sol se ponía. Mamá me miraba fijamente


           desde el otro lado de los vidrios. Doblé el mensaje

           y me lo guardé.



           —Mamá —dije.







                                                                                                          158
   154   155   156   157   158   159   160   161   162   163   164