Page 125 - El Jardin De Las Delicias - Ian Watson
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—El  antiguo  cuerpo  se  disolverá  en  la  prima

               materia  de  la  carne,  en  una  jalea  protoplasmática.

               Cuando se abra otra vez la concha, albergará a un


               nuevo ser.

                      —¿Una nueva Denise?

                      —No, ella deberá pasar la incubación en el In‐


               fierno.  La  muerte  conduce  al  Infierno.  El  Infierno

               conduce a una nueva vida —Jerónimo hablaba en

               tono  de  gran  convicción,  pero  estaba  sudando—.


               ¿Había  en  ella  mucho  de  demoníaco?  —preguntó

               con suma precaución.


                      —Tal vez un atisbo de perversidad —dijo Mu‐

               thoni  con  acidez,  pues  recordaba  las  fantasías  de

               Denise sobre la radiación psicotrónica, un rasgo de


               biomisticismo  que  solía  guardar  escondido  en  su

               armario. (Pero ¿podían llamarse aún fantasías?)—.


               Era un ser amable. ¿Hacía falta torturarla para que

               se volviese demoníaca?

                      —Todos tenemos un demonio en nuestro inte‐


               rior: el antiguo dragón de nuestros sueños. Cuando

               nos echamos a dormir él se pone en marcha y es‐

               cupe  fuego.  Presentará  su  tarjeta  de  movilización


               en el Infierno —agregó, tragando saliva.

                      El  dragón  de  nuestros  sueños...  Lo  malo  era

               que  Jerónimo  tenía  razón,  pensó  Sean.  Los  viejos


               instintos arcaicos, los deseos, los temores y las fu‐

               rias  del  preconsciente  colaboraban  de  mala  gana

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