Page 164 - El Jardin De Las Delicias - Ian Watson
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A un grito de Denise todos se abalanzaron so‐
bre el gallo; antes de que éste pudiera echar a volar,
ella se lanzó a fondo con su tridente y lo atravesó
de parte a parte, al tiempo que su dueña caía de
bruces dentro del estiércol. Sin reparar en el hedor,
recuperó el tridente y le retorció el pescuezo al
animalito, tras lo cual se puso en pie, llena de par‐
das y húmedas boñigas.
—Peinado a la moda masai, con tirabuzones de
porquería —se burló Muthoni.
Denise, horrorizada, se llevó las manos a las
profanadas melenas; para ello dejó caer el tridente
y la presa, que fueron prestamente recogidos por
Muthoni.
Ésta, con un esfuerzo, logró dominar la tenta‐
ción de escapar corriendo.
—¿Cómo lo guisaremos? —preguntó Sean.
Jerónimo, desde el suelo, se retorcía en carcaja‐
das convulsivas, mientras se sujetaba con ambas
manos el estómago agujereado para evitar la pér‐
dida de sangre y sus jugos gástricos.
—¡A ti qué te importa! —bufó Muthoni.
—¡Je, je! Habéis matado un gallo. Incluso aquí,
en el Infierno, y sobre un montón de estiércol,
cuando canta proclama la iluminación del espíritu.
¡Y vosotros le habéis retorcido el cuello!
—He dicho que cómo vamos a cocinarlo.
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