Page 175 - El Jardin De Las Delicias - Ian Watson
P. 175
hecho tiras, como pasado por una destructora de
documentos.
—Acepto vuestra contestación que no lo es.
Tendré que meditar acerca de este subterfugio.
La cámara volvió su objetivo hacia Denise:
—A ti te preguntaré esto: ¿por qué queréis
quemar ese pájaro muerto?
—Dicho de esa manera, admito que parece bas‐
tante absurdo. Sin embargo, en el cocinar estriba la
diferencia entre lo natural y lo cultural. Es la civili‐
zación.
—Pues a mí me gustaría lograr lo natural —
observó melancólicamente la máquina.
—Lo conseguirás — prometió Sean.
Empezaba a simpatizar un poco con el herrero,
¿Que tenía de civilizado la matanza de un gallo?
Por otra parte, si no se daban otras posibilidades
para alimentarse... Las personas, los animales y las
aves de aquel mundo parecían inextricablemente
contundidos en un extraño combinado panpsíquíco
y metamórfico. Así, el Hombre ha de alimentarse
de sí mismo... perpetrar un acto de autoincorpora‐
ción, autoincubación... y resurrección. Porque,
¿adónde «iba» el espíritu del gallo? Puesto que na‐
da moría... ¿Al Jardín? ¿O al Edén? Por eso no cre‐
cía allí ningún fruto comestible. Nosotros, los tra‐
gados por el Infierno, somos el fruto colectivo. El
175

