Page 180 - El Jardin De Las Delicias - Ian Watson
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suelo un ladrillo roto y golpeó con él la argolla de
la cadena, haciendo saltar chispas y trozos de ladri‐
llo. Ella le insultó y siguió bombeando. El agua
subía de nivel y ya sólo la tensión superficial im‐
pedía que se volcase en el fuego.
—¡Fuera! ¡Fuera de aquí!
Sean arrastró a Denise y a Muthoni detrás de
un muro en ruinas, el gallo medio asado se bambo‐
leaba en las puntas del tridente como un comenta‐
rio burlón sobre una lanza y una grímpola. Sean
empujó a las dos mujeres hasta ponerlas de bruces
en el suelo.
El mundo entero se deshizo entonces en una
explosión demasiado fuerte y demasiado próxima
para ser escuchada. Sólo se dieron cuenta de que la
explosión era un fogonazo brillante, una oleada de
calor y una tormenta de meteoritos en forma de
fragmentos incandescentes que picotearon sus
píeles desnudas como aguijones de avispa. Lo que
restaba de la pared en ruinas se vencía sobre ellos
de manera alarmante. Y quedaron ensordecidos
hasta bastantes minutos después.
Salieron a rastras de debajo de los cascotes y
vieron pedazos de armaduras y material de derribo
esparcidos por todas partes. Ni rastro del herrero,
excepto la cámara abollada y algunos trozos de
chapa que lo mismo podían ser de su coraza como
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