Page 188 - El Jardin De Las Delicias - Ian Watson
P. 188
precisen de ningún instrumento excepto de sí
mismos.
—¡Ahora lo comprendo! —exclamó Sean—. Se
han proyectado a sí mismos en sus instrumentos.
¡Y por eso no llegan a tocarlos bien, hasta que lle‐
gue a su fin esa clase de proyección! Hasta que se
incorporen otra vez los instrumentos en sí mismos.
—Por lo visto, de eso sabes más que yo, Athlon
—suspiró Jerónimo.
—Me pregunto. Ya lo dije antes: Él nos permite
desahogarlo para que no nos dejemos absorber por
ello como los demás. ¿Cuesta mucho tiempo absor‐
ber a un ser humano? ¿Estamos siendo puestos a
prueba? Quizás Él nos utiliza como piedra de to‐
que, para ver de qué manera reaccionan ante su
programa unos humanos no envueltos antes.
—¿No evolutos? —preguntó Jerónimo con sar‐
casmo.
—No envueltos. ¡Pero has señalado un punto
ahí! ¿Sería posible que Él nos tuviera en sus desig‐
nios como nuevos testigos..., de la misma forma
que te tenía a ti? ¿Nuevas líneas de referencia como
conciencias ordinarias?
—Amigo, te cedo el puesto cuando quieras.
Preferiría cambiar a cualquier otra cosa.
—Y lo hiciste —observó Muthoni—. Has cam‐
biado al Infierno.
188

