Page 195 - El Jardin De Las Delicias - Ian Watson
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Denise volvió hacia Jerónimo con ademán acu‐
sador, pero él se limitó a reír.
—No hay direcciones en el Infierno, te lo dije,
Athlon.
—¡Anduvimos en línea recta! —protestó Mu‐
thoni—. He venido guiándome por las estrellas,
que no mienten, esto es un planeta y tiene una su‐
perficie, y un norte y un sur. ¡Debemos estar en
otra parte! ¿Cuántos lugares diferentes pueden ser
el mismo lugar?
Sean dio un paso adelante, del hielo al fuego, y
experimentó el instante de bendito alivio seguido
de un dolor distinto.
——No son las mismas personas. Ése no es el
mismo lugar —dijo lentamente.
—¡Mira ese tipo que gatea con la partitura gra‐
bada en el culo! ¡Mira esa vieja cara de sapo, la del
director! ¡Y los huesos del caballo! ¡Hemos descrito
un gran círculo!
Sean meneó la cabeza.
—Es la misma escena, pero no el mismo lugar.
Al otro lado, los músicos pasaron por una de
las fases de integración momentánea. La melodía
era de Richard Strauss. Los huesos del caballo se
pusieron en pie y bailaron; las vísceras ocuparon
sus lugares en el costillar. Aparecieron los tendo‐
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