Page 198 - El Jardin De Las Delicias - Ian Watson
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ción que está en todas partes y no está en ninguna.
¿Por que no habría de ser el universo quien diese
lugar a un Dios..., y no al revés? Ciertamente, Él
tiene poder para crear, mantener su creación y le‐
vantarnos de entre los muertos. Te aconsejo que lo
creas.
—Pero, ¿qué diablos es Él?
—¿Diablos? ¡Ah! Ha pasado mucho tiempo
desde la última vez que estuve aquí, pero... creo
que eso sí puedo mostrártelo. —Y agregó con una
sonrisa torcida—: No todo se repite aquí. Hay al‐
gunas cosas que son únicas en su especie.
Dejando a los músicos con sus ejercicios frus‐
trantes, el grupo continuó hacia el interior, si es
que alejarse del hielo podía considerarse viajar ha‐
cia el «interior»...
Pues sí, lo era. El Infierno no tenía direcciones,
ya que la misma escena podía repetirse en cierto
número de lugares, pero mientras recorrían la tie‐
rra ardiente dejando atrás las torres en llamas y las
ruinas donde unos pequeños ejércitos de ignoran‐
tes luchaban en medio de la noche (intentando,
quizá, llegar a ser menos ignorantes por el proce‐
dimiento de apurar la ignorancia hasta el fondo),
Sean advirtió una... tendencia, una pendiente. No
era cosa del terreno, vino de sus propios pasos, de
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