Page 215 - El Jardin De Las Delicias - Ian Watson
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de ellos algún diablo que también había huido es‐
caleras arriba, pero sin hacer caso de ellos, pues le
preocupaba más alejarse de sus congéneres. Si los
demonios se hubieran fijado habría sido inútil toda
resistencia.
Finalmente, salieron del cráter los últimos dia‐
blos y el ruido de granalla se convirtió en un rumor
lejano. Los cuatro humanos rehicieron sus fuerzas
poco a poco, aunque Denise todavía se quejaba de
su cabeza rapada y de la perdida del dedo; costaba
distinguir cuál de las dos cosas le afligía más...
—No debemos guardar rencor a esas máqui‐
nas. Ellas hacen lo que deben. ¡Pero nunca las había
visto juntas, en grupo! —comentó Jerónimo al cabo
de un rato.
—¿Hay que poner la otra mejilla? —dijo Mu‐
thoni, rabiosa. Al volver la cara enseñó la mejilla
marcada por los garfios del demonio.
—Tomémoslo con calma —dijo Sean, mientras
la acariciaba con la punta de los dedos—. Hay que
salir de aquí.
Denise se sentó en el suelo.
—Sean tiene razón. Lo que hicieron esas má‐
quinas infernales pervertidas fue... una perversión
de su camino. El nuestro. Ese camino todavía existe
y es bueno.
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