Page 216 - El Jardin De Las Delicias - Ian Watson
P. 216
—¿El único camino, y de dirección única? ¡Voy
a seguirlo! —dijo Muthoni sonriendo.
16
La masa blanca había aumentado de tamaño y
tomaba forma para Muthoni, y luego para Denise.
Del interior de la misma salía como un lamento.
Denise, aunque cojitranca, avanzaba con bastante
soltura, y lo mismo Jerónimo, si bien éste iba espa‐
rrancado como si anduviera escocido por haber
montado a caballo. Lo que ahora les atormentaba
más era el hambre y la sed. El Infierno desgasta‐
ba..., pero también reparaba. Se adelantaban casi
con intrepidez, aunque no sin aprensión por lo que
pudiera esperarles allí. Muthoni hasta se puso a
silbar una cancioncilla, y Denise no tardó en hacer‐
le coro.
Aquello era un crómlech colosal, y el primero
que habían visto en el Infierno, tal vez el único.
Desde luego era la única erección que hiciera eco
allí a las estructuras tan abundante en el Jardín.
Aunque bajo un estilo perversamente retorcido, era
el único lazo o resonancia que recordaba las meta‐
morfosis joviales del hemisferio diurno.
216

