Page 240 - El Jardin De Las Delicias - Ian Watson
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—Contadle eso al Diablo —dijo el negro achi‐

               nado, medio ahogado de hilaridad—. ¡Le gustará!

               ¡Pasar sin darse ni cuenta, ja, ja! ¡Le hará gracia!


                      —Bien pudiera ser —asintió Sean—. ¿No sabes

               con quien estás hablando? No, claro que no. Somos

               de una nave exploradora y hemos venido para res‐


               tablecer el contacto..., con la Tierra.

                      El  negro  de  rasgos  orientales  se  le  quedó  mi‐

               rando, atónito.


                      —¿Qué  es  la  Tierra?  —preguntó  con  ingenui‐

               dad, mientras se rascaba con furia el entrecejo co‐


               mo si así fuese a encenderse el fósforo de su me‐

               moria—. Algo hay. No. Lo habéis entendido todo

               al revés. Esto es la Tierra. La Tierra está dividida en


               tres partes, el Edén, el Jardín y el Infierno. Algún

               día el Sol iluminará el Infierno y también aquí cre‐


               cerá un Jardín.

                      —¿Qué dirías tú que son esas lucecitas del cie‐

               lo?


                      —¡Hum!  Estrellas,  colocadas  en  una  esfera  de

               cristal por todo el zodíaco, ¿no?

                      —Son soles, hombre. Otros soles..., lejanísimos,


               y otros mundos. Uno de esos mundos se llama la

               Tierra, y tú viniste de allí.

                      —¡Ah! ¡Te estás organizando tu propia diablu‐


               ra! Un tipo discutidor, ¿eh? No te será fácil pasar.




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