Page 28 - El Jardin De Las Delicias - Ian Watson
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Tal vez todos estaban soñando despiertos. La
privación de vida onírica producía trastornos en las
personas; las alucinaciones invadían la vida vigil.
Tal vez ahora, pese a estar andando despiertos, el
espíritu se vengaba de los ochenta y siete años de
sueños frustrados y atrasados. Quizá superponían
sobre aquel planeta las imágenes imposibles de sus
sueños, y la realidad era completamente diferente.
Hizo un esfuerzo por ver algo allí fuera: por ejem‐
plo, la chimenea de una fábrica echando humo. O
surcos sembrados de maíz y cebada. Pero no. El
Jardín seguía allí. Lujuriante, pero al mismo tiempo
bien compuesto; selvático sin dejar de parecer apa‐
cible. Un parque exuberante poblado de una fauna
fantástica. Y de personas desnudas.
—Bien, yo no conozco esa pintura de la que
hablas —dijo Tania; por tanto, aquélla no podía
presentarse en las alucinaciones que ella tuviese—.
Debe de existir alguna otra explicación para esos
pájaros gigantes y esos peces y esas cosas que hace
la gente ahí afuera. ¿Quizás estamos en la clínica
mental de este planeta? ¿Una nueva forma de psi‐
coterapia? ¿Un tratamiento para los que no logran
adaptarse a una realidad nueva, un tratamiento
que consiste en suministrarles algo todavía más
fuerte que una terapia..., las imágenes familiares
pero locamente exageradas? ¿Distorsionar delibe‐
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