Page 31 - El Jardin De Las Delicias - Ian Watson
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—De acuerdo ——dijo Austin—. O bien el or‐
denador tiene un programa que no conocíamos...,
lo cual significaría que nos han hecho una jugarre‐
ta...
—O bien alguien nos ha desconectado desde el
exterior —concluyó Oenise, agitando la melena so‐
bre su traje de desembarco—. ¿Tal vez la misma
persona que desvió nuestra trayectoria hacia aquí?
¿Una tecnología superior? Pero ¿de quién?
—Me parece que ha llegado el momento de
preguntarles a los de ahí afuera —dijo Sean lenta‐
mente—. Si aquí no queda nada que funcione, no
tenemos muchas opciones.
Muthoni acababa de verificar los diferentes sis‐
temas vitales.
—Podemos respirar y comer, aunque no se
puede cocinar nada. El montacargas y las escotillas
todavía tienen corriente. Al menos saldremos por
la vía normal, no tendremos que abrirnos paso con
el soplete ni bajar por el tubo de nilón.
—Suponiendo que alguien haya envuelto el
planeta en esa pintura y que nosotros hayamos ate‐
rrizado sobre ella... ¿Será todo igual? ¿Un jardín
inmenso?
Denise trató de recordar el tríptico del Bosco:
de las tres tablas, sólo la central representaba el
Jardín de las Delicias. Tuvo un estremecimiento de
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