Page 336 - El Jardin De Las Delicias - Ian Watson
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géticos realmente ansían para tener así una especie
de autenticidad existencial. Porque ellos no han
evolucionado jamás como nosotros. Ellos surgieron
cierto día de la singularidad, tal cual, totalmente
desarrollados y coherentes.
—Según me dijeron, todos los originales de
esas Disneylandias extraterrestres se habían extin‐
guido ya, y aparte esas vidas miméticas creadas
por ellos, estábamos solos.
—¡Otro error de interpretación, causado por su
falta de ímpetu evolutivo! Las razas que evolucio‐
nan parecen poseídas de una necesidad de propa‐
gar un mensaje sobre sí mismas: «Hola, estamos
aquí y esto es lo que somos». Sitúan una radiobali‐
za. También nosotros lo hicimos. Esto ocurre mien‐
tras todavía creen que pueden tener contemporá‐
neos en el universo, ordinariamente solitario. Peco,
la verdad, es solitario. Cuando las razas advierten
su soledad, se ven forzadas a elegir entre quedarse
como están, y degenerar... o evolucionar hacia algo
extraordinario, algo que vaya más allá del universo
ordinariamente desierto. Es por ahí donde eligie‐
ron marchar las razas alienígenas, ahora silencio‐
sas.
Alzó la vista hacia el cielo color turquesa, como
si pudiera verlas claramente allí, más allá del sol,
más allá de la inmensidad del espacio.
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