Page 341 - El Jardin De Las Delicias - Ian Watson
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—Pues bien, eso tampoco era posible. No bajo
estrellas desconocidas. Los extraños mundos pro‐
crean seres también extraños, y yo lo sabía. Fue un
procedimiento, Sean, para interrogar a nuestra
misma humanidad; una manera de averiguar lo
que podía salir de nosotros. Ésa es la única razón
profunda y verdadera para la colonización. Un
móvil evolutivo. Nuevos nichos biológicos, nuevos
seres.
—Te refieres a la evolución en el sentido dar‐
winista.
—Y también a la evolución espiritual. ¡Triangu‐
lar el sentido del universo desde perspectivas des‐
conocidas! Superarnos a nosotros mismos. Pero,
¿cómo le venderías una idea así al público votante?
¡Oh, sinántropos, invertid vuestros caudales en el
Homo habilis! ¡Oh, hombres de Neandertal, em‐
plead vuestra fuerza para el avance del hombre de
Cro‐Magnon! Y sin embargo, la voluntad de evolu‐
cionar y transformarse es un arquetipo hondamen‐
te arraigado, como sin duda no ignoras. Es lo que,
disfrazado bajo la panoplia de la navegación inter‐
estelar, suministró el verdadero empuje emocio‐
nal... ¡y por lo mismo que nadie se atrevería a con‐
fesarlo públicamente! Era algo tan profundo como
el mismo instinto de supervivencia. Pero, ¿qué es la
supervivencia? Algo que impone el cambio y la
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