Page 340 - El Jardin De Las Delicias - Ian Watson
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—¿Una clonación contigo? ¡Pero si eso estaba
prohibido! Lo prohibieron antes de que tú y yo sa‐
liéramos de la Tierra.
—Hicieron conmigo la clonación y aceleraron
el crecimiento y la educación de mis clones. Ése fue
el secreto, Sean. Bajo diversos nombres ficticios, yo
iba a ser, como tú dirías, el alquimista guía de la
colonia... Si se presentaba la necesidad, como siem‐
pre supe que se presentaría, a medida que la colo‐
nia cambiase de orientación y los humanos se
.transmutaran en una nueva especie. E hicieron
clones sólo de mí, porque siempre han sobrado
buenos administradores y gentes por el estilo; en
cambio yo era único... ¡El único que había conser‐
vado la fe! Naturalmente, la opinión pública creyó
que la colonización era una empresa absolutamente
normal, cuestión de transportar Metrópolis o un
pueblo cualquiera a otro planeta. Pero eso jamás
fue cierto. La idea de la colonización como un pro‐
cedimiento para aliviar el exceso de población de la
Tierra es ridícula. A cada hora nacen muchas más
personas que las que seríamos capaces de transpor‐
tar en un año.
—¡Ésa nunca fue la razón! Se trataba de dise‐
minar la humanidad hacia las estrellas, para así
mejorar nuestras probabilidades de supervivencia.
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