Page 342 - El Jardin De Las Delicias - Ian Watson
P. 342

transformación.  Así  ha  ocurrido  siempre.  Mis

               compadres  de  otros  lugares  (o  sus  descendientes

               clónicos, puesto que fueron bien entrenados en ese


               aspecto  de  la  biología)  necesitarán  para  ello  más

               tiempo que aquí, donde el oro cayó en mis manos

               nada más llegar. ¿Entiendes ahora lo que significa


               realmente  la  colonización  de  otros  mundos?  ¿Y

               cómo se ha de apacentar en secreto? Piénsalo, Sean,

               aprendiz mío. El ser humano debe alterarse.


                      Sean, aturdido, se sentó en un tronco. Knossos

               se acuclilló a sus pies, en afable parodia de la rela‐


               ción  maestro‐discípulo.  El  tronco  no  había  caído

               víctima  de  la  putrefacción;  era  un  asiento  rústico

               natural, preservado y mantenido,


                      —¿De modo que eres un clon de Strauss?

                      —No,  yo  soy  el  original.  Tuve  suerte,  Sean.


               Mucha suerte. La suerte, al fin y al cabo, es un fac‐

               tor  más  del  universo.  Coincidencia.  Sincronismo.

               ¿No  era  así  como  le  llamaba  tu  mentor  espiritual


               Carl Gustav? Llámalo como quieras. Consideremos

               tu  propio  apellido,  Athlone.  Afinidades  electivas,

               ¿no? Tu mentor Jung sabía algo de eso. Éste es un


               plan muy largo, Sean. Sí, estoy, o he estado, en to‐

               das las expediciones.

                      Sean golpeó con el puño sobre la palma de la


               otra mano.




                                                           342
   337   338   339   340   341   342   343   344   345   346   347