Page 41 - El Jardin De Las Delicias - Ian Watson
P. 41

tración,  equilibrio,  ritmo,  celebración...,  para  eso

               sirve el amor, de momento.

                      —Sería  mejor  empezar  por  el  principio  —dijo


               Sean—. ¿Tendría la bondad de entrar, por favor?

                      —Será como en los viejos tiempos, capitán Van

               der Veld —quiso tentarle Paavo, lo que le valió una


               mirada de sorpresa por parte de Muthoni.

                      —No,  no  creo  que  me  sintiera  a  gusto  dentro

               de..., ¿cómo se llama?


                      —Astronave —apuntó Paavo, sarcástico.

                      —Schiaparelli —dijo Muthoni—. Así es como se


               llama.

                      —No. Siempre que entramos dentro de algo es

               para una..., transformación. Pueden salir todos us‐


               tedes sin temor. El fuselaje de acero no supone nin‐

               guna  diferencia;  no  les  servirá  de  pantalla  contra


               nada..., excepto contra el conocimiento. O la opor‐

               tunidad de adquirirlo, al menos. Además, ¿no dije‐

               ron que la Schiaparelli se había desconectado? Ten‐


               gan  la  bondad  de  identificarse:  apellido  y  grado,

               por favor —agregó en tono tajante, recobrando por

               un momento su carácter de capitán.


                      —Tiene razón —admitió de buen grado Sean—

               . Esta es nuestra médico y bióloga Muthoni Muthi‐

               ga.  Y  éste  es  Paavo  Kekkonen,  piloto  e  ingeniero.


               Yo  soy  Sean  Athlone,  psicólogo.  Tenemos  una

               nueva teoría acerca de cómo la imaginería arquetí‐

                                                            41
   36   37   38   39   40   41   42   43   44   45   46