Page 113 - El Increible Hombre Menguante - Richard Matheson
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—dijo—. Una edad de ilimitadas esperanzas. ¡Oh,


            querido niño! —dejó caer una enorme mano, que


            fue a posarse sobre la pierna de Scott—. Doce, doce.


            ¡Oh!, volver a tener doce años. Bendito el que tiene


            doce años de edad.


                   Scott apartó la pierna. El hombre la estrujó una


            vez más y devolvió la mano al volante.



                   —Sí,  sí,  sí,  sí,  sí  —dijo—.  No  tengas  prisa  en


            encontrar  a  tu  primera  mujer  —sus  labios  se


            fruncieron—. Es una experiencia análoga a vomitar


            la primera copa de alcohol, y encontrarte el primer


            defecto.


                   —Puedo apearme en… —empezó Scott, al ver


            una estación de servicio abierta a escasa distancia.


                   —Son  muy  feas  —declaró  el  corpulento


            individuo  del  traje  oscuro  y  arrugado—.  Es  una



            fealdad que bordea los límites de la monstruosidad


            —sus ojos se movieron, mirando a Scott por encima


            de bolsas y arrugas de grasa—. ¿Tienes intención de


            casarte, querido niño? —preguntó.


                   Si  en  estos  días  pudiera  reírme  de  algo  —pensó


            Scott—, me reiría de esto.


                   —No —contestó—. Oiga, podría apearme en…



                   —Una  sabia  y  noble  decisión  —dijo  el


            corpulento individuo—. Una decisión que habla de


            virtud  y  decoro.  Las  mujeres…  —clavó  unos  ojos


            desmesuradamente abiertos en el parabrisas— son






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