Page 125 - El Increible Hombre Menguante - Richard Matheson
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¿El alfiler? No, no lo conseguiría.


                   Bebió un trago de agua e hizo una mueca. No


            era demasiado buena. Bueno, ya se enfriaría. Ahora


            no  tendría  que  descolgarse  para  llegar  hasta  la


            bomba.


                   Haciendo  un  gran  esfuerzo,  logró  arrastrar  el


            dedal un poco más lejos de la cascada y dejó que la



            temblorosa  superficie  se  inmovilizara.  Después,


            apoyando el alfiler en el costado del dedal, trepó


            por él  hasta  el  borde. Allí,  rodeado  por  el  escaso


            vapor, contempló su rostro en el agua.


                   Lanzó  un  gruñido.  Verdaderamente,  era


            notable.  Pequeño,  sí;  una  fracción  de  su  anterior


            figura…, pero exactamente el mismo, trazo a trazo.


            Los mismos ojos verdes, el mismo cabello castaño


            oscuro, la misma nariz ancha, la misma mandíbula,



            las  mismas  orejas  y  los  mismos  labios.  Hizo  una


            mueca.  Y  eran  los  mismos  dientes,  aunque


            seguramente cariados después de tanto tiempo de


            no lavárselos. Sin embargo, seguían siendo blancos;


            lo  había  logrado  frotándoselos  con  un  dedo


            mojado.  Sorprendente.  Un  pobre  sustituto  de  la


            pasta de dientes.



                   Contempló  su  pequeño  rostro  un  rato  más.


            Parecía insólitamente tranquilo para ser el rostro de


            un hombre que vivía en medio de un miedo y un


            peligro  continuos.  Quizá  la  vida  de  la  jungla,  a






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