Page 134 - El Increible Hombre Menguante - Richard Matheson
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gigante los rasguños? No, claro que no. Aquéllas


            orejas  tan  grandes  no  percibirían  un  sonido  tan


            minúsculo.


                   Cuando  la  paja  se  encontró  apoyada  en  el


            escalón  describiendo  un  ángulo  aproximado  de


            setenta grados, dejó caer los brazos a lo largo del


            cuerpo  y  permaneció  así  un  momento.  Bajó  la



            cabeza             y,        con         la        boca          abierta,             respiró


            entrecortadamente. A pesar de lo frío que estaba, se


            apoyó  en  el  cemento.  El  sótano  apareció  borroso


            ante sus cansados ojos. La estufa se había apagado.


            Rompiendo  el  silencio,  se  oía  el  golpeteo  de  las


            herramientas del gigante en el calentador.


                   Cuando recobró la visión normal y sus brazos


            dejaron  de  temblar,  alzó  los  ojos  hacia  la  paja.


            Lanzó  un  gemido.  No  era  tan  larga  como  había



            esperado;  incluso  demasiado  corta  porque,


            levantada, se combaba flaccidamente por la mitad.


            Aunque  llegara  hasta  arriba  de  todo,  todavía  le


            quedarían de dos metros y medio a tres de escalada


            antes de llegar a la parte superior del escalón. De


            dos metros y medio a tres de cemento vertical, sin


            ninguna  clase  de  asidero  que  le  ayudara  en  la



            ascensión.


                   Se pasó una temblorosa mano por el pelo. «No


            me  vencerás»,  pensó,  dirigiéndose  nuevamente  a


            alguna fuerza desconocida. Su rostro era una tensa






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