Page 144 - El Increible Hombre Menguante - Richard Matheson
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gigantescos puñales, podían clavarse en su cuerpo
en cualquier instante.
Un estremecimiento de terror le recorrió la
espalda. Se deslizó un poco más hacia abajo. El gato
avanzó unos milímetros. «¡No!», le gritó su mente.
Siguió aferrado a la vibrante paja, oyendo los
apresurados latidos de su corazón.
Si intentaba descender, el gato atacaría. Si
saltaba, se rompería una pierna y sería devorado.
Pero no podía quedarse allí. Su garganta se contrajo
con un ruido seco. Su impotencia le obligó a
permanecer en el mismo lugar, bajo la blanda
mirada del enorme gato.
Cuando éste alzó la pata derecha, Scott contuvo
la respiración.
Dominado por el más absoluto terror,
contempló la gigantesca pata de afiladas uñas y vio
que se alzaba lentamente y se acercaba más y más a
él. No podía moverse. Sin parpadear siquiera,
aguardó los acontecimientos.
En el mismo momento que la pata iba a tocarle,
recobró el dominio de sí mismo.
—¡Fuera de aquí! —gritó, junto al rostro del
gato.
Éste saltó hacia atrás, asustado. Con una
sacudida, tiró la paja hacia un lado, haciendo que
resbalara por el precipicio de cemento, con
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