Page 257 - El Increible Hombre Menguante - Richard Matheson
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encaramó de un salto a la acera, que le llegaba a la


            altura de las rodillas, y echó a correr hasta una zona


            desierta de detrás de una tienda.





                   Avanzó  sin  apartarse  de  la  pared  de  lona,


            escuchando el estrépito de la feria.


                   Un hombre dobló la esquina de la tienda y se



            dirigió hacia él. Scott se quedó inmóvil y el hombre


            pasó a su lado sin verle. Todo el mundo hacía lo


            mismo.  Nadie  miraba  hacia  abajo,  pues  no


            esperaban ver otra cosa que gatos o perros.


                   Cuando  el  hombre  se  hubo  alejado,  Scott


            reanudó su paseo, pasando entre los triángulos de


            cuerdas enterradas en el suelo, junto a los lados de


            la tienda. Se detuvo frente a una pálida rendija de


            luz que salía de debajo de la tienda, bloqueándole



            el paso. Miró detenidamente la lona, sintiendo una


            creciente excitación. Después se arrodilló, se tendió


            en  el  suelo  cuan  largo  era,  alzó  la  faldilla  de  la


            tienda y atisbo el interior.


                   Se encontró mirando los cuartos traseros de una


            vaca de dos cabezas. El animal se encontraba dentro


            de  un  cuadrado  cubierto  de  paja  y  rodeado  por



            cuerdas,  contemplando  a  la  gente  con  cuatro


            relucientes ojos. Estaba muerta.


                   La primera sonrisa que Scott consiguió esbozar


            en más de un mes distendió los tensos rasgos de su






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