Page 320 - El Increible Hombre Menguante - Richard Matheson
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cerca; arrastrándose, brincando, hundiéndose,
sacudiéndose, un horrible cuerpo negro corría
hacia él, más alto que un caballo.
¡Tenía que retroceder! Empezó a correr en un
amplio semicírculo, rogando para que la araña no
se interpusiera en su camino. La arena parecía
retrasar su avance cada vez más y sus sandalias se
hundían en ella, haciendo inquietantes ruidos.
Volvió a mirar hacia atrás. La araña seguía su
estela, pero estaba aún más cerca. Le pareció oír el
brusco rasgueo de sus patas en la arena. La araña
llegó a cinco metros de él, cuatro metros, tres…
Sin dejar de correr, dio un salto en el aire para
tratar de localizar el hoyo. No pudo. Su cuerpo se
desplomó pesadamente. Un gemido tembló en su
garganta. ¿Es que iba a terminar así?
¡No, un momento! ¡Enfrente, a la derecha!
Alteró la dirección y corrió hacia el parapeto de
arena que rodeaba el hoyo. Tres metros más atrás,
la enorme araña corría tras él.
El hoyo fue aumentando de tamaño. Siguió
corriendo a toda velocidad, respirando por la boca
y dándose impulso con los brazos. Se detuvo en
seco al borde del hoyo y dio media vuelta. Era el
momento vital: tenía que quedarse allí hasta que la
araña estuviese casi encima de él.
Se quedó petrificado, absorto en la
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