Page 321 - El Increible Hombre Menguante - Richard Matheson
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contemplación del inexorable avance de la araña
negra, que aumentaba de tamaño a cada segundo.
Ya podía ver sus ojos negros, las crueles
mandíbulas parecidas a pinzas que tenía debajo, los
mechones de pelo de sus patas, el gran cuerpo. Se
aproximaba más y más; su cuerpo se retorció. ¡No,
un momento…, un momento! La araña estaba casi
encima suyo; borró el resto del mundo a sus ojos. Se
levantó sobre las patas traseras para lanzarse sobre
él.
¡Ahora!
Con un tremendo salto, brincó a un lado y la
araña cayó en el hoyo.
El espantoso y penetrante chillido casi le
paralizó. Fue como el grito distante de un caballo
destripado. Sólo el instinto le impulsó a ponerse en
pie, coger el pedazo de cartón y deslizarlo
rápidamente hacia el hoyo. Los chillidos
continuaban, y de pronto se encontró chillando
también él. Al cubrir el agujero con el trozo de
cartón, vio que el gran cuerpo negro vibraba
horriblemente y que las gruesas patas arañaban y
rascaban las paredes del hoyo, removiendo la arena
y lanzándola por los aires.
Scott se tiró encima de la cubierta.
Inmediatamente notó que ésta se tambaleaba por
debajo de él cuando el cuerpo de la araña hizo
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