Page 323 - El Increible Hombre Menguante - Richard Matheson
P. 323
círculo, con la evidente intención de arrancarse el
alfiler. ¡Haz algo!, le gritó su subconsciente. Siguió
contemplando, con enfermiza fascinación, los
movimientos de la araña.
De pronto se dio cuenta de que tenía el gancho
en las manos, y echó a correr con él, desenrollando
el resto del hilo. A su espalda, la araña seguía
girando y revolcándose, perdiendo abundante
sangre, que regaba la arena como una cinta oscura.
En aquel momento la lanza se desclavó. La
araña se dirigió en línea recta hacia Scott.
Éste estaba haciendo girar el gancho por encima
de su cabeza, al extremo de un metro y medio de
hilo. El alfiler doblado daba vueltas a su alrededor
como una brillante guadaña, que cortara el aire. La
araña fue directo hacia ella. La punta se hundió en
su cuerpo bulboso como una aguja se hunde en una
sandía. El animal saltó violentamente hacia atrás,
chillando otra vez, y Scott dio la vuelta a un gran
pedazo de madera y ató el hilo a su alrededor hasta
que estuvo seguro. La araña se precipitó hacia él,
con el gancho hundido en el cuerpo. Scott giró
sobre sus talones y huyó a toda velocidad.
Estuvo a punto de atraparle. Antes de que el
hilo se tensara y lanzase a la araña hacia atrás, una
de sus negras patas se posó encima de su hombro y
casi le arrastró. Scott se tiró al suelo y se libró de ella
323

