Page 357 - El Increible Hombre Menguante - Richard Matheson
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piel  y  lanzándole  contra  la  pared  de  la  casa.  Él


            estuvo un momento sin reaccionar, agitando sólo


            los brazos, con pánico ante el ataque del pájaro. El


            patio se desdibujó ante sus ojos, convirtiéndose en


            una borrosa extensión blanca. Cogió un puñado de


            nieve y lo arrojó, fallando el tiro. Las alas seguían


            golpeándole la cara, y el pico volvió a desgarrarle



            la carne.


                   Con un grito de horror, Scott dio media vuelta y


            saltó a través del cuadrado abierto.


                   Sus  chillidos  terminaron  con  un  gemido,  al


            desplomarse sobre la arena que había debajo de la


            ventana  del  sótano.  Trató  de  levantarse,  pero  se


            había  torcido  la  pierna  al  caer  y  ésta  se  negó  a


            sostener su peso.


                   Diez minutos después, oyó el sonido de unos



            pasos  en  el  piso  de  encima.  La  puerta  trasera  se


            abrió y cerró con un portazo. Y, mientras tanto, él


            fue incapaz de moverse. Lou y Beth dieron la vuelta


            a la casa y atravesaron el patio, removiendo la nieve


            y gritando su nombre una y otra vez hasta que se


            hizo de noche. Y ni siquiera entonces se dieron por


            vencidas.





















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