Page 58 - El Increible Hombre Menguante - Richard Matheson
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para impedir que el frío llegara hasta su piel.
Paseó la mirada por el amplio panorama que
constituía el reino del sótano, donde vivía ahora. Al
otro lado —casi a un kilómetro y medio de
distancia— vio el borde del precipicio, las sillas
amontonadas y el juego de croquet. Desvió la
mirada. Allí estaba la vasta caverna de la bomba de
agua y el gigantesco calentador de agua; debajo
podía verse una esquina de la tapa de cartón que le
servía de escudo.
Su mirada cambió de dirección, y vio la portada
de la revista.
Estaba encima de un almohadón, en la mesa de
metal y de patas en cruz que se hallaba al lado de la
que acababa de abandonar. No había visto la revista
hasta aquel momento porque los botes de pintura
la ocultaban a la vista. En la portada había la
fotografía de una mujer. Era alta, pasablemente
hermosa, y estaba apoyada en una roca, con una
mirada de placer en su joven rostro. Llevaba un
apretado jersey rojo de manga larga y un par de
ajustados shorts negros, exageradamente cortos.
Contempló con fijeza la enorme figura de la
mujer. Ella le miraba a su vez, sonriente.
Era extraño, pensó mientras estaba allí sentado,
con los pies colgando en el vacío. Hacía mucho
tiempo que no era consciente del sexo. Su cuerpo
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