Page 61 - El Increible Hombre Menguante - Richard Matheson
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cabello color de trigo recogido con una cinta en una
cola de caballo.
—Tú sí que estás guapa —dijo—. Preciosa.
—¡Preciosa! —se burló ella—. Eso sí que no.
El se inclinó bruscamente y la besó en la
garganta. Ella alzó la mano izquierda y le acarició
lentamente la mejilla.
—¡Qué lisa y suave! —murmuró.
Él tragó saliva. ¿Se trataba de fantasías
ocasionadas por su torturado ego, o realmente le
hablaba como si fuera un niño? La mano derecha,
que había apoyado sobre la pierna de ella,
retrocedió lentamente, y él contempló la tira de piel
blanca y brillante que le rodeaba el dedo anular.
Había tenido que quitarse el anillo casi dos semanas
atrás porque el dedo se le había adelgazado
demasiado.
Se aclaró la garganta.
—¿Qué estás haciendo? —preguntó sin interés.
—Un jersey para Beth —contestó ella.
—Oh.
Guardó silencio mientras observaba a su esposa
moviendo hábilmente las largas agujas de tejer.
Entonces, impulsivamente, apoyó una mejilla en su
hombro. «Grave equivocación», le dijo en seguida
su mente. Le hizo sentir aún más pequeño, como un
niño que se apoya sobre su madre. Sin embargo, no
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