Page 269 - La Penúltima Verdad - Philip K. Dick
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La penúltima verdad                           Philip K. Dick   269


           murieron durante el primer año, cuando la guerra estaba

           limitada a Marte; y en cuanto a los que se quedaron aquí


           en la Tierra...

              ‐Pues bien, éste aún sigue aquí ‐dijo Foote‐. No hay que

           darle vueltas. No hace falta que sean veinte indios; con


           uno que haya pasado desapercibido basta.

              Uno          de       los        técnicos           del        laboratorio              llamó

           respetuosamente a la puerta del despacho:


              ‐Señor  Foote,  le  traigo  un  informe  sobre  ese  televisor

           portátil que nos ha pedido que abramos.

              Foote respondió, zumbón:


              ‐Ya  me  imagino  lo  que  va  a  decirme:  que  han

           conseguido abrirlo y es un modelo de serie de antes de la


           guerra,           un        televisor           portátil          de        color         Philco

           tridimensional, con...

              ‐No podemos abrirlo.


              ‐¿Por  qué  no  prueban  con  esos  fragmentos  de

           rexeroide?


              El  rexeroide,  un  material  procedente  de  Júpiter,

           generalmente  podía  atravesarlo  todo.  Y  en  sus

           laboratorios de Londres guardaba unos fragmentos de la


           preciosa sustancia para ocasiones como aquélla.

              ‐Resulta que la caja del objeto, señor, es precisamente de

           rexeroide; la broca que tenemos de ese material penetra


           medio centímetro y después... se queda completamente

           roma y ya no taladra. Eso significa que hemos estropeado

           una broca de rexeroide. Hemos pedido otras, pero tienen




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