Page 299 - La Penúltima Verdad - Philip K. Dick
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destinadas al personal de las unidades defensivas, muy
móviles y mecanizadas, que repostaban en los tres
arsenales más cercanos a la costa.
Con ayuda de un lápiz y una regla unió mediante líneas
rectas los tres arsenales antedichos. Luego, con la misma
regla, trazó otra línea para definir el punto hipotético que
transformaría el triángulo así obtenido en un cuadrado.
Dentro de cinco horas, pensó Foote, podré tener una
brigada de robots cavando en este punto; se empezará
por hundir en el terreno una sonda óptica, y al cabo de
diez minutos sabremos si existe allí un cuarto depósito
con instrumental médico y hospitalario de emergencia.
Las probabilidades son... calculó, de un cuarenta por
ciento a nuestro favor. Pero en otras ocasiones se habían
localizado excavaciones por cuenta de su empresa,
basándose en un margen de probabilidades mucho
menor.
Algunas de ellas dieron resultados; otras, no. Pero
aquélla sería de un valor incalculable si lograse localizar
un depósito de artiforgs. Aunque sólo fuesen tres o
cuatro, bastarían para romper el monopolio de Brose.
‐Me propongo excavar en este punto ‐dijo a Lantano,
que se había sentado a su lado‐. Comprenderá usted por
qué ‐e indicó los tres depósitos ya explorados y las líneas
que había trazado‐. Mi intuición paranormal ‐agregó‐ me
dice, a manera de zahorí, que aquí encontraremos un
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