Page 335 - La Penúltima Verdad - Philip K. Dick
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La penúltima verdad Philip K. Dick 335
robots de Lantano aquí para que saquen el resto de los
artiforgs; supongo que Lantano y Foote podrán
repartírselos o llegar a algún acuerdo.
‐Sí, creo que se pondrán de acuerdo ‐dijo Adams‐. Fue
Foote quien proporcionó el mapa; Lantano puso los
robots y el equipo de excavación. Ya encontrarán un
medio de repartirse el hallazgo.
«Lo que sí es extraño ‐pensó‐ es que te permitan llevarte
el páncreas sin imponerte condiciones. No te han pedido
nada a cambio. Eso quiere decir que no son tan malos,
dando a esa palabra un sentido vulgar y corriente. Foote
y Lantano, con dignidad y caridad, lo convinieron todo
para que tú obtuvieras aquello de que Brose te había
privado, no sólo a ti, sino a todos los habitantes del
planeta, pues se lo ha reservado para sí mismo. Brose...
que desconoce lo que es la caridad».
‐Creí que debía reunirse con ellos en Nueva York ‐
observó Nicholas.
‐Ya sabrán arreglárselas solos.
En efecto, podían sacar el diagrama cerebral de Brose
del Megavac 6‐V; tarde o temprano se les ocurriría
hacerlo, al ver que él no aparecía... sin duda lo habían
hecho ya. Y si no lograban instalar el dardo en su
despacho, si no podían abrir la complicada cerradura
mediante las herramientas y la destreza de Foote,
hallarían otro lugar adecuado en el corredor, que era el
único acceso a su despacho y el camino que tendría que
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