Page 349 - La Penúltima Verdad - Philip K. Dick
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La penúltima verdad Philip K. Dick 349
contado todo. Habrá que pasar esta información hasta
que la conozcan todos. Y por último habrá una población
planetaria de avispas furiosas; y si todas salen a la
superficie simultáneamente, ningún ejército de robots
podrá contenerlas. Quizá perezca una tercera parte, pero
no más.
Pero todo dependía de lo que dijese la televisión
durante las próximas veinticuatro horas. De lo que
tuviese que decirles Talbot Yancy; ya fuese el verdadero
o el falso.
Primero esperaría a que Yancy hablase.
Y ¿quién habría vencido? ¿Brose o Lantano? ¿Quién
vivía en estos momentos y tenía en sus manos el poder?
¿Y cuál de ellos habría muerto?
El próximo discurso de Yancy despejaría la incógnita.
Probablemente lo sabría al cabo de las diez primeras
palabras que pronunciase la imagen de la pantalla.
Y ¿a cuál de ellos deseamos ver aparecer?, se preguntó
al llegar frente a la puerta de su pequeño cubículo. Adams
podría responder a eso mejor que yo. David Lantano se
portó bien conmigo, me facilitó la obtención del artiforg.
Pero antes, sus propios robots se disponían a matarme...
me hubieran matado, si aquel hombre, en su fase más
vieja, con la tez artificialmente blanqueada de Yancy, no
hubiera intervenido para evitarlo. O quizá lo que iba a
aparecer allí arriba o aparecería con el tiempo sería otra
cosa: ni Lantano ni Brose, sino una combinación de
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