Page 166 - Vienen cuando hace frio - Carlos Sisi
P. 166
El dolor era ahora tan intenso que parecía que el
cerebro se le estaba resquebrajando. El aullido
sonaba como una enloquecedora sirena de policía
que se hubiera ido de rango en la escala de agudos.
Brazo adelante…
Joe se mordió la lengua, pero estaba tan
concentrado en el agudo dolor de cabeza que no fue
consciente hasta que notó el sabor inconfundible,
como a cobre viejo. Cuando abrió la boca para
respirar, un esputo de sangre cayó al suelo de
madera y dejó una mancha con forma de pera.
Lanzó el brazo hacia delante de nuevo, pero su
propio cuerpo parecía rechazar la idea, como el
perro apaleado que se encoge cuando le enseñas un
periódico enrollado. Entonces comprendió que
nunca conseguiría llegar a la pistola, y aunque lo
lograse, no se veía capaz de aplicar la fuerza
necesaria para disparar el arma con cierta puntería.
«Los tapones, Joe».
Los tapones. Si podía recuperarlos tendría una
posibilidad de hacer frente a aquellas cosas.
¿Dónde había dejado los tapones? ¿Cuándo se los
había quitado? No había sido de una manera
consciente, de eso estaba bastante seguro… Debía
de haber sido…
165

