Page 391 - El Jugador - Iain M. Banks
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‐‐Ven. Siendo dos quizá consigamos distraerle. Creo
que sé adonde la ha llevado. No correrás ningún peligro,
Jernou.
La joven le cogió de la mano.
Medio caminaron y medio corrieron por sinuosos
pasillos de madera dejando atrás muchas habitaciones y
puertas. Gurgeh empezó a pensar que se había perdido
en un laberinto de sensaciones; una confusión de sonidos
(música, risas, gritos), imágenes (sirvientes, cuadros
eróticos, fugaces atisbos de galerías repletas de cuerpos
que se movían rítmicamente) y olores (comida, perfume,
el sudor de pieles muy distintas a la suya).
Inclate se detuvo de repente. Habían llegado a una
habitación con forma de cuenco que hacía pensar en un
teatro. El escenario estaba ocupado por un macho
humano desnudo que giraba lentamente sobre sí mismo
primero en una dirección y luego en otra delante de una
pantalla gigante que mostraba primeros planos de su
cuerpo. El aire vibraba con el retumbar de la música.
Inclate se quedó inmóvil y recorrió con la mirada las
hileras de espectadores sin soltar la mano de Gurgeh.
Gurgeh se volvió hacia el hombre del escenario. Las
luces eran muy intensas y abarcaban todo el espectro de
la claridad solar. El macho tenía cierta tendencia a la
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