Page 394 - El Jugador - Iain M. Banks
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con un gran número de puertas. Gurgeh aguzó el oído,
pero todo estaba en silencio. At‐sen yacía en el suelo y el
ápice estaba inclinado sobre ella. El ápice vio a Gurgeh e
Inclate, lanzó un grito de furia y les amenazó con el puño.
Inclate le gritó algo que Gurgeh no consiguió entender.
Gurgeh dio un paso hacia adelante. El ápice metió la
mano en un bolsillo y sacó un arma.
Gurgeh se detuvo. Inclate dejó de gritar. At‐sen gemía
en el suelo. El ápice empezó a hablar demasiado deprisa
para que Gurgeh pudiera comprenderle. Señaló a la
mujer caída en el suelo y alzó el brazo hacia el techo. Se
echó a llorar y el arma tembló en su mano (y, mientras
tanto, una parte de la mente de Gurgeh observaba todo
aquello desde una gran distancia e intentaba analizarlo.
¿Estoy asustado? ¿Es esto el miedo o aún no ha llegado? Estoy
contemplando el rostro de la muerte y la muerte me contempla
desde ese agujerito negro, el túnel diminuto en la mano de este
ser de otra especie ‐‐como si fuese otro elemento del juego que la
mano puede mostrar si se lo propone‐‐, y estoy esperando a
sentir el miedo...
... y aún no ha llegado. Sigo esperando, y no llega. ¿Qué
significa esto? ¿Significa que no voy a morir, o que voy a morir
dentro de unos momentos?
La vida o la muerte en el movimiento de un dedo, una orden
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